Problemas y ejercicios de ajedrez

miércoles, 30 de abril de 2014

Semejanzas entre el ajedrez y el poker

Ya sé que este artículo se sale bastante de la temática de este blog ya que no se trata propiamente de un problema de ajedrez, no obstante, en mi opinión, sí que se puede asimilar con un problema “del” ajedrez debido a la continua fuga de ajedrecistas profesionales desde el llamado el juego ciencia hacia el poker.

Ajedrez y poker

Cuando menos, son muchos los ajedrecistas profesionales que utilizan el poker como una forma de generar ingresos adicionales y mucho más cuantiosos que los que se pueden obtener con el ajedrez. Ni que decir tiene que algunos ajedrecistas, como por ejemplo el canadiense y niño prodigio del ajedrez Jeff Sarwer, que llegó a la final de las Series Mundiales de Poker.

¿Por qué los ajedrecistas suelen ser buenos jugadores de poker?

Si uno compara ambos juegos parece que no guarden demasiadas similitudes –en uno no existen elementos de azar, mientras que en otro existe un importante componente aleatorio-, sin embargo, la realidad es bien diferente y las semejanzas son notables e importantes, semejanzas que hacen que muchos jugadores profesionales de ajedrez sean también notables jugadores de poker.

Capacidad mental. Los ajedrecistas están acostumbrados a enfrentarse a situaciones de tensión que requieren tener los cinco sentidos sobre el tablero, en el poker pasa lo mismo aunque el número de contrincantes es mayor.

Tanto jugadores de poker como ajedrecistas deben tener una importante capacidad de concentración y tomar continuamente decisiones importantes a lo largo de la partida. La capacidad para mantener esta concentración durante sesiones que duran horas es algo a lo que tanto jugadores de poker como de ajedrez están acostumbrados.

Anticipar las respuestas del adversario. Al igual que el jugador de ajedrez debe pensar las posibles respuestas de sus contrincantes para no llegar a una posición perdida, los jugadores de poker deben planear e identificar las posibles respuestas de sus rivales, sabiendo que si juegan incorrectamente durante una mano, este hecho puede llevarles a tener que abandonar la mesa.

Capacidad de estudio. La formación de un ajedrecista es continua y el estudio de los rivales es algo crucial y fundamental si queremos derrotarles. En el poker pasa lo mismo, conocer la forma de jugar de los contrincantes es fundamental para poder ganarles.

Además, a medida de que el poker ha ido evolucionando y los premios en los torneos han ido aumentando, los jugadores de poker profesionales dedican tanto tiempo como los ajedrecistas del mismo rango a perfeccionar la estrategia y la táctica en el juego. El análisis a posteriori de las manos en una determinada partida de poker es tan importante como el análisis de una partida de ajedrez. En ambos juegos intervienen componentes matemáticos y psicológicos muy importantes.

Forma de progresar y mejorar en el juego. La forma de progresar en el ajedrez es enfrentándose a jugadores más fuertes que uno, para mejorar en el poker también hay que hacer lo mismo. Participar en torneos es fundamental si se quieren ir evolucionando en ambos juegos.

Eso sí, debemos ser conscientes de que en el ajedrez el componente de la suerte no existe y que el mejor jugador ganará casi siempre al pero, mientras que en el poker hay un componente de azar que puede hacer que jugadores inexpertos derroten a jugadores profesionales que han tenido una racha de mala suerte.

Para terminar solo deciros que si queréis probar suerte con el poker, echéis un vistazo al Poker Stars. En mi opinión, la mejor forma de empezar a practicar poker es en Internet, encontraréis torneos gratuitos que os permitirán comprobar si verdaderamente vuestros conocimientos ajedrecísticos os ayudan a ser buenos en el poker.

2 comentarios:

  1. Las fugas de capital se producen por la bendita existencia del llamado costo de oportunidad. Las personas, evalúan las opciones y si encuentran una mejor opción para utilizar su tiempo y dinero, la usan.
    Hace tiempo que las piezas de ajedrez están echadas en las cajas o posicionadas en el tablero, y hace tiempo también que las cartas están echadas en el paño o mezcladas en el sabó.
    La coneja busca la zanahoria mientras la mona corre detrás de la banana. Son dos formas distintas de conducir al mismo final.
    Mientras los ajedrecistas van sorteando a los contrarios, mesa cuadrada mediante, para ganar alguno de los premios que entregan las organizaciones, los poqueros van eliminando competidores para conseguir algo similar, mesa redonda mediante. La brecha que puede existir entre el valor de un premio y otro, es cuestión de interpretación.
    Para el azar el problema principal es que los competidores se den cuenta que si desean lo evitan. Por lo anterior, si el ajedrecista es un especialista en evitar el azar, no entiendo para qué se mete en un terreno fangoso. Lo mágico y grorioso es que la Banca logró sacar al ajedrecista de su mesa y posicionarlo en la suya.
    Las situaciones de tensión propias de la pérdida de un peón en ajedrez o el sacrificio de una o varias piezas son distintas completamente a la tensión del póker. Mientras que en la primera opción, el caballero siente la presión sucedida al acto de pérdida y sacrificio, en la segunda, el competidor se mete en un terreno que la Banca dirige a gusto y placer.
    Algo en que difieren unos de otros es que los poqueros suelen mirarse a los ojos.
    En el ajedrez el participante tiene la obligación de hacerse cargo del movimiento. No puede pasar. De lo contrario, pierde por abandono. Gran diferencia.
    Es utópico el póker. El poquero no quiere sacrificar su dinero pero se rinde al azar propuesto por la Banca y lo sacrifica. El ajedrecista no se rinde y sacrifica cuando es oportuno hacerlo.
    Para progresar en ambos, hay que darles el tiempo justo y necesario. El exceso produce alteraciones profundas en la visión normal de los adversarios.
    La famosa suerte de principiante se rinde a los pies del ajedrecista y se monta en el cabello del poquero.
    Le eché un vistazo y está muy bueno.

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  2. Gran síntesis Julio... me ha encantado tu comentario.

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